El dolor o la crisis emocional no siempre se nota y a muchos les resulta difícil hablar de su sufrimiento o de sus sentimientos suicidas, por ello es importante brindar un tiempo, intervenir de forma adecuada y tratar esta situación antes de que sea demasiado tarde. Los tres pasos esenciales consisten en reconocer las señales, escuchar-dialogar sin juzgar y buscar ayuda.
La forma de hablar, la manera de actuar o los comentarios en redes sociales pueden denotar algunas señales sutiles del pensamiento suicida, lo esencial es ayudar a esa persona afectada y actuar a tiempo para poder salvar su vida. El Dr. Víctor Adorno, psiquiatra, llevó a cabo en el sanatorio Santa Julia una campaña educativa denominada Suicidios en Paraguay – Mitos y verdades. Al respecto, menciona que el suicidio es prevenible a través de la identificación temprana, así como el tratamiento y atención de personas con problemas de salud mental y abuso de sustancias, dolores crónicos y trastorno emocional agudo. “Se trata de un acto deliberado por el que un sujeto se causa la muerte, con conocimiento o expectativa de un desenlace fatal, a través del cual pretende realizar cambios deseados.
Es un problema complejo y, consiguientemente, las actividades de prevención exigen la coordinación y colaboración de múltiples sectores de la sociedad. Estas acciones deben ser amplias e integradas, dado que ningún enfoque individual puede tener efecto en una cuestión tan compleja como el suicidio”, resalta. El Dr. Adorno refiere que las estadísticas revelan que más del 50% de los suicidios se dan entre las edades de 14 a 29 años. En el 2018 se incrementó considerablemente la cantidad llegando a unos 457 casos, en comparación con el 2017 en que hubo 407 casos registrados. Con relación al porcentaje por sexo se confirma que 7 de cada 10 suicidios son de sexo masculino.
Los mitos y realidades sobre este tema son diversos “entre ellos se indica el mito de que la gente que piensa suicidarse está completamente decidida a morir, sin embargo, la realidad es que la mayoría de estas personas están indecisas sobre si vivir o morir. Otro de los clásicos mitos es el que dice que el suicidio es siempre imprevisto, mientras que la realidad denota que el individuo que piensa suicidarse da pistas y advertencias sobre sus intenciones”.
Recomendaciones - Si usted conoce a alguien que podría estar deprimido o pensando en suicidarse, en primer lugar, puede ayudar con sólo escuchar. A menudo, las personas que piensan quitarse la vida creen que no tienen otra alternativa, que no tienen ningún control sobre sus vidas o que nadie se preocupa por ellas.
- Recuerde que escuchar al otro demuestra que usted se preocupa por él o ella, le da una mayor sensación de control y le ayuda a sentirse conectado con otra persona.
- Haga saber a la persona suicida que usted es alguien de confianza con quien puede hablar, ya que muchas tienen miedo de conversar sobre este tema debido a que temen que reaccione con culpa, miedo o vergüenza. Sin embargo, para la que está contemplando suicidarse, saber que usted ha notado su dolor suele ser un gran alivio.
- Durante la comunicación con la otra persona resulta fundamental darle toda su atención, dígale que usted se preocupa por ella y que le alegra que esté hablando con usted. Formule preguntas que le ayude a entender mejor cómo se está sintiendo. Exprese respeto por sus sentimientos y brinde tiempo y tranquilidad para pensar.
¿A quién pedir ayuda? “Permanezca con la persona y solicite ayuda. Llame al 911 o llévela a una institución de salud mental, como el Hospital Psiquiátrico o el Hospital de Clínicas. También cabe resaltar que el Sanatorio Santa Julia dispone de una Unidad de Salud Mental para internación”, añade el doctor.
Dr. Víctor Adorno Psiquiatra |